"No quiero separarme para que mis hijos no sufran": La verdad que toda madre necesita escuchar

Si estás leyendo esto, seguramente es porque alguna vez has sentido ese nudo en el estómago. Ese que aparece cuando piensas en separarte y tu mente te susurra: "No puedo hacerles esto a mis hijos."

Te entiendo porque sé que detrás de esa frase hay algo más grande que un simple miedo. Hay amor. Hay instinto de protección. Hay una pregunta que te quita el sueño: ¿Cómo voy a poder mirarles a los ojos sabiendo que yo les he causado este dolor?

Hoy quiero hablarte de algo que pocas personas se atreven a decir en voz alta.

Quién te habla desde el otro lado

Soy Rocío López de la Chica, y yo también estuve atravesando por esas dudas hasta que me separé.

Sé lo que es despertarte en medio de la noche con esa pregunta dando vueltas. Sé lo que es sentir que estás fallando, que deberías poder más, que algo está mal en ti por no poder sostener lo que un día fue hermoso mientras piensas que estás rompiendo una familia. Y también sé lo que es atravesar ese proceso y llegar al otro lado con paz.

Creada nace de esa experiencia. No es un proyecto teórico. Tanto yo, Rocío como Miguel Ángel creamos este espacio para ayudarte a cuidar de ti y de tus peques tanto en el proceso de separación como de familia enlazada.

Además de profesionales del crecimiento personal, somos una madre y un padre que ya han vivido lo que tú estás viviendo ahora.

Cada uno de nosotros ha llevado a cabo una separación consciente y juntos hemos creado nuestra FAMILIA ENLAZADA. Por eso, nuestra historia personal y larga trayectoria profesional nos permite conocer, de primera mano, cuáles son los miedos, las preocupaciones y el dolor que estás sintiendo. También las necesidades emocionales de los peques ante este cambio en el molde familiar.

Aquí no encontrarás juicios, ni consejos fríos, ni fórmulas mágicas. Lo que vas a encontrar es acompañamiento real, humano y profesional.

"Porque separarte no tiene que ser una guerra. Puede ser el comienzo de una nueva forma de amar, de cuidar y de que tu familia y tú puedan vivir en paz."

El dolor forma parte de la vida (y eso no te convierte en mala madre)

Desde que nacemos, el dolor está presente. Desde ese primer llanto al salir del útero, la vida nos enseña que crecer duele. Que transformarse duele. Que aprender duele.

Y sin embargo, hemos crecido en una cultura que nos ha vendido la idea de que el dolor es el enemigo. Que hay que evitarlo a toda costa. Que si tus hijos sufren, algo estás haciendo mal.

Pero, ¿y si te dijéramos que eso no es verdad?

Lo que realmente daña no es el dolor. Es la soledad. Es vivir una situación emocionalmente inabarcable sin nadie a tu lado. Es crecer viendo a una madre apagada, sometida, muerta en vida, aunque esté físicamente presente.

Porque tú puedes aguantar. Puedes decirte "ya tendrán tiempo de sufrir" y seguir adelante. Puedes quedarte cuatro, cinco, diez años más en una relación que ya no respira. Pero ellos lo perciben. Perciben tu ausencia, aunque estés ahí. Perciben la frialdad, aunque no haya gritos. Y eso también duele.

Hay una forma de separarme sin romperme (y sin romperlos a ellos)

Separarte no tiene por qué ser una guerra, ni para ti ni para tus hijos.

Existe algo que se llama separación consciente, y no es un concepto abstracto ni un ideal inalcanzable. Es una forma de acompañar este proceso desde la serenidad, el respeto y el amor hacia ti y hacia ellos.

En este vídeo, te enseño el camino para separarte desde la calma, no desde el conflicto. Viendo este vídeo vas a descubrir cómo dejar de sentirte rota y empezar a crear una nueva forma de familia, en paz.

Lo que tus hijos necesitan (y no es lo que crees)

Cuando tu hijo te dice "ojalá no os hubierais separado", no está diciendo lo que tú crees.

No está diciendo que has arruinado su vida. No está diciendo que has tomado la decisión equivocada.

Está diciendo: "Cuando estoy contigo, echo de menos a papá. Y cuando estoy con papá, te echo de menos a ti."

Es añoranza. Y la añoranza, aunque incómoda, no es daño. Es parte de aprender a vivir en una nueva realidad. Es parte de crecer. Y tú puedes estar ahí para acompañarla.

Pero sólo puedes hacerlo si antes te has hecho cargo de tu propia paz interior. Si te has permitido soltar la culpa. Si has entendido que acompañar no es evitar, sino estar presente.

Acompañar, no evitar

Tu función como madre no es evitarles todo el malestar. Es acompañarles para que lo transiten en compañía, sintiéndose arropados.

Porque cuando estás ahí, a su lado, con tu presencia serena y tu corazón abierto, ellos pueden atravesar cualquier cosa. Pueden sentir tristeza, pueden llorar, pueden hacer preguntas difíciles. Y está bien. Todo eso es parte de su proceso.

Lo que no está bien es que tú te quedes en una relación donde no eres tú. Donde has apagado tu luz para mantener una falsa calma. Donde les estás enseñando, sin querer, que el amor es sacrificio y silencio.

Porque ellos aprenden más por el ejemplo que por lo que les dices. Y si te ven renunciar a ti misma, eso también es una herida.

"Tus hijos no son tus hijos"

Hay un poema de Khalil Gibran que dice algo que tal vez necesites escuchar hoy:

"Tus hijos no son tus hijos. Son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti. Y aunque estén contigo, no te pertenecen."

Ellos vienen a vivir su propia vida. Sus propias experiencias. Y todas esas experiencias, incluida tu separación, tienen un sentido en quienes van a ser.

No es tu misión evitarles todo el malestar. Es acompañarles para que puedan vivirlo con el menor daño posible. Y eso solo puedes hacerlo desde tu propia calma.

No tienes que hacerlo sola

Si estás separándote y sientes culpa o miedo por tus hijos, no estás sola.

Entiendo por lo que estás pasando porque yo también he estado ahí. Y puedo ayudarte a entender qué te pasa y cómo acompañarles sin que te rompas en el proceso.

En este vídeo puedes descubrir cómo vivir una separación consciente con hijos, sin culpa y sin conflictos innecesarios. Además de aprender cómo afrontar la separación con serenidad, respeto y amor hacia ti y hacia ellos.

"Separarte no significa fracasar como madre. Puede ser el inicio de una relación más sana contigo y con tus hijos. Puede ser el comienzo de una nueva forma de amar, de cuidar y de vivir en paz.

La familia no se rompe. Solo cambia de forma."